lunes, 4 de noviembre de 2013

Mis primeros Whoopie pies

Estos pastelitos no los había probado nunca, pensaba que eran como una pequeña galleta, aunque después del "experimento" me recuerdan más a un bizcochito con una textura más consistente.

Estos dulces fueron creados por las mujeres de Amish en Pensilvania, con lo que les sobraba de de la masa de los pasteles, y se los ponían a sus maridos en fiambreras cuando se iban a trabajar. Cuando en sus descansos las abrían, gritaban de alegría: Whoopie!!!!
Cada vez están más extendidos en estados unidos y en Inglaterra así que vamos a ser cool, trending y todo eso!!



Ojo!!! La receta tradicional lleva buttermilk (que viene siendo algo así como leche cortada) En las tiendas especializadas la podemos encontrar o en estas tiendas de productos americanos que se están poniendo tan de moda ahora también tienen.
Otro remedio y este más casero es hacer nosotros nuestra propia buttermilk añadiéndole 2 cucharadas de zumo de limón a 240 ml de leche entera. Lo dejamos reposar 15 minutos y se cortará la leche obteniendo el buttermilk casero.

Ingredientes para la masa:

- 240 ml de buttermilk
- 125 gr de mantequilla 8a temperatura ambiente)
- 250 gr de azucar
- 2 huevos
- 280 gr de harina
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de vainilla.

Ingredientes para el ganache de chocolate:

- 200 gr de chocolate con leche
- 200 gr de nata liquida para montar
- media cucharada de mantequilla.



Vamos allá con la preparación:

Por un lado mezclamos los ingredientes sólidos, harina, levadura y el bicarbonato.
Por otro lado batimos la mantequilla con el azúcar, los huevos y la vainilla y le incorporamos un poco más de la mitad de los ingredientes sólidos ( de la mezcla que hemos preparado antes) 
Ahora ponemos la mitad de la buttermilk y batimos bien.
Terminamos de incorporar los sólidos y lo que nos queda de buttermilk.

Si tenéis moldes para whoopies se vierte la masa en los moldes y la metemos en el horno durante 35-40 minutos a 180 grados.

Si no disponéis de moldes, como la masa sale bastante consistente podemos ponerla en una manga pastelera sin boquilla y sobre la bandeja del horno con un papel vegetal hacemos pequeños circulitos de masa. Dejar una separación porque luego crecen en el horno.
Si salen picos mientras estamos poniendo la masa no os preocupéis porque una vez que tengamos todos los círculos puestos en la bandeja le pegamos unos golpecitos contra en mármol para que se asiente, se bajen los picos y salga todo el aire que se ha quedado dentro, así saldrán los pastelitos redondos y planitos.

La preparación del ganache de chocolate es muy sencilla:

Ponemos a calentar los 200 ml de nata en un cazo a fuego lento y antes de que empiece a hervir introducimos el chocolate en trozos pequeños para que se derrita pronto y no nos queden grumos.
Retiramos del fuego y continuamos removiendo con una cuchara de madera. Si queréis que el chocolate quede brillante podemos poner un poquito de mantequilla, (yo lo hice sin ella)
Y metemos la mezcla en la nevera por lo menos 12 horas para que este consistente al sacarla.


Solo nos queda rellenar los bizcochos con el ganache de chocolate y decorarlo de la manera que más nos apetezca.